He tenido el privilegio de recibir la insignia de Caballero de la Orden Nacional de la Legión de Honor, que reconoce la labor de refuerzo de los vínculos entre España y Francia. Es la más alta condecoración que otorga  el Presidente de la República de Francia a personas que destacan por sus méritos al servicio del país y para mí es un gran honor y una enorme alegría.

Recibí esta condecoración de manos del Embajador de Francia en España, rodeado de familia, amigos y profesionales a los que agradezco haber podido compartir este momento con ellos.

Como europeísta convencido, a lo largo de mi carrera profesional en el sector de la energía y las infraestructuras, he trabajado con todo mi empeño para aportar mi granito de arena en el impulso de una Unión Energética Europea. Para seguir avanzando en la transición energética es necesaria la interconexión con el resto de la Unión Europea con el objetivo de avanzar en el mercado energético único. Una fórmula imprescindible para permitir la integración de un nivel creciente de energías renovables en el sistema eléctrico.

En este sentido, me gustaría destacar la importancia que tiene continuar desarrollando las interconexiones entre España y Francia para garantizar la seguridad en el suministro de energía en Europa y una mayor competitividad y solidaridad entre países. Hemos dado pasos firmes y en la buena dirección durante los últimos años en referencia a este tema, lo que nos ha llevado a duplicar las conexiones gasísticas con nuestro país vecino. Pero no podemos conformarnos, aún queda camino por recorrer para poder hablar de una verdadera Europa conectada desde el punto de vista de la energía.

Junto al gobierno español y francés, seguimos impulsando este planteamiento con el llamado Proyecto MidCat, que ha sido declarado de Interés Común Europeo por la Comisión Europea y en el que también están colaborando el Gobierno de Portugal y el de Argelia. Actualmente nos encontramos en su primera fase, denominada STEP (South Transit East Pyrenees) que consiste en la construcción de un gasoducto que en­la­zará la pe­nín­sula ibé­rica con Europa a través de Francia y que mejorará la seguridad del suministro de gas en la Unión.

Recibir esta distinción es un estímulo para seguir trabajando en esta línea y contribuyendo a las relaciones entre España y Francia. Además, me gustaría compartir este reconocimiento con el equipo con el que trabajo en Enagás, una compañía a punto de cumplir 50 años de historia y con clara visión de futuro, que me aporta cada día grandes retos y satisfacciones profesionales.