El 24 de octubre celebramos el 75º aniversario de la ONU y hace unas semanas celebrábamos el 5º Aniversario de la Agenda 2030. Hoy la crisis de la COVID-19 y los retos globales a los que nos enfrentamos ponen de manifiesto, más que nunca, la necesidad de reivindicar el multilateralismo. Debemos cooperar, coordinarnos y llegar a consensos.

La pandemia está atacando a todos los países del planeta, y para conseguir una recuperación sostenible a largo plazo hay que coordinar esfuerzos. Será una recuperación lenta, como hemos visto en diferentes foros, pero eso sí, debe ser inclusiva, sin dejar a nadie atrás.

El pasado 21 de septiembre el Secretario General de la ONU, António Guterres, en la apertura de la 75ª sesión de la Asamblea General, hacía un llamamiento al mundo a superar el “superávit de desafíos y soluciones multilaterales”. España destacaba en esta ocasión que “No podemos condenar a la juventud a un mundo peor y a un futuro de resignación sin alternativas”. Además, la ONU lanzaba, en enero de este año, una campaña de consulta global a todos los ciudadanos, UN75, más allá de 2020, “Forjamos nuestro futuro juntos”, como un guiño a la importancia de contar con todos en estos desafíos y en el futuro de la Organización.

La recuperación pasa por apostar por los esfuerzos establecidos y aprobados por la ONU, hace unos años, a través de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que configuran la Agenda 2030. Este es sin duda un buen ejemplo de consenso.

Mirar al pasado para afrontar el futuro

La historia nos recuerda lo importante que es no olvidarse de ella para prever el futuro. Vivimos en una incertidumbre constante y una crisis sin precedentes, pero existen lecciones de crisis anteriores que nos pueden ayudar a ver la luz al final del túnel. Hemos salido de todas las crisis precedentes a través de apoyos coordinados y de consensos. Asimismo, hay toda una historia de esfuerzos que nos lleva hasta nuestros días y establece una hoja de ruta para la cooperación internacional; siendo esta parte del mandato original de la ONU que en la Carta de las Naciones Unidas, aprobada en 1945, y que hoy conmemoramos, establecía que para resolver problemas internacionales de naturaleza económica, social, cultural o humanitaria es clave la cooperación internacional. Hitos importantes en esta hoja de ruta fueron la creación del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y las Conferencias para el Desarrollo y el Comercio (UNCTAD).

En 1972, el Club de Roma señalaba la imposibilidad de continuar con el actual modelo de crecimiento para todo el planeta a través de un informe que había encargado al MIT: «Los límites al crecimiento». El informe, de gran impacto, puso de manifiesto, por primera vez, la importancia del medioambiente y su esencial relación con la población y la energía.

En este contexto el multilateralismo es clave, especialmente para avanzar con la descarbonización del planeta. La importancia del medioambiente y su relación con la población y la energía queda patente a través de las conferencias internacionales de los años 90 que configuran las agendas de las políticas de desarrollo, y sientan la base de lo que hoy es la Agenda para el Desarrollo Humano Sostenible. Además, los esfuerzos multilaterales siguieron a través de la Cumbre del Milenio y los 8 Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) y también de las Conferencias sobre el Cambio Climático, la última de carácter presencial, la COP25, tuvo lugar en Madrid en diciembre de 2019.

En 2015 además se aprobaban los 17 ODS y la Agenda de 2030. Para liderar todos estos esfuerzos y salir de la crisis actual el papel de las instituciones internacionales es clave. A menudo la duplicidad de responsabilidades, las fronteras difusas en las tareas entre organizaciones, agencias, programas e instituciones, nos llevan a situaciones confusas. Por ello, tenemos que reivindicar claramente el papel multilateral y apoyar su definición y responsabilidades.

“Si estás atravesando una tormenta, sigue caminando”, tomo prestada esta cita que se atribuye a Winston Churchill, como una interpretación al mensaje de su discurso “Never give in”. Vamos a seguir caminando, avanzando y sumando esfuerzos para hallar soluciones, y las instituciones multilaterales son estratégicas para lograrlo.

La Alianza Global que plantea el ODS17 supone coordinar, consensuar y cooperar estrechamente entre gobiernos, el sector privado y la sociedad civil.

Que este 75º aniversario de la ONU sea el aliciente para que el multilateralismo salga fortalecido.