Uno de los grandes retos de los españoles es que tenemos que aprender a contar lo que hacemos bien, ‘vendernos’ mejor. Hacia afuera, para que sepan lo que hacemos, y hacia adentro, para que nosotros mismos seamos conscientes de todo lo que hemos logrado.

Sí, sabemos que vivimos en uno de los países con mejor calidad de vida del mundo. Y sí, en buena parte eso se debe a nuestro clima, nuestra cultura, nuestra historia o nuestra gastronomía. Pero no es sólo eso. En el terreno económico y tecnológico también nos rodean cientos de logros muy meritorios, algunos de los cuales no los hubiéramos imaginado hace medio siglo.

Por ejemplo, en las infraestructuras. Pocos países de nuestro entorno pueden presumir del conjunto de infraestructuras del que disfrutamos en España. Es algo que debemos aprovechar en todo su potencial y poner en valor.

Pensaba en todo esto el otro día, con motivo de uno de los actos de presentación del proyecto CORE LNGas hive, una iniciativa que pretende desarrollar una cadena logística integrada, segura y eficiente para el suministro del gas natural licuado (GNL) como combustible en el sector del transporte, especialmente marítimo, en la Península Ibérica. Queremos transformar nuestros puertos para que sean puntos clave en la revolución del transporte en nuestro país. Y de nuevo, el gas es parte central de este cambio hacia un consumo energético más limpio, seguro y sostenible.

El proyecto, que Enagás coordina, supone a la vez un reto y una oportunidad y cuenta con más de 40 socios en España y Portugal: instituciones públicas, autoridades portuarias, navieras, operadores de gas… No hablamos de una cuestión menor, sino de un planteamiento integral que pretende cambiar la fisonomía de nuestros puertos en unos meses.

El objetivo, que apoya la Comisión Europea, es promover y facilitar el uso del gas como combustible alternativo en los barcos y en las zonas portuarias. Tenemos seis plantas de regasificación operativas (Barcelona, Huelva, Cartagena, Bilbao, Sagunto y Mugardos), hay una séptima en Gijón lista para comenzar a operar y en Canarias hay un proyecto para construir una más en Tenerife.

Desde hace más de 45 años, la Península Ibérica es uno de los centros claves en la logística del GNL. Nuestra posición geográfica también nos da una ventaja excepcional: somos un cruce de caminos, un punto clave en la navegación marítima, un centro neurálgico en el transporte entre América-África-Europa. No es extraño, por ello, que los puertos españoles estén entre los más valorados por sus capacidades, instalaciones, conocimientos técnicos de sus empleados y el desarrollo tecnológico que ofrecen a sus usuarios.

Ahora, además de todo eso, queremos darle un impulso al gas a través del ‘Marco de Acción Nacional de energías alternativas en el transporte’, que desarrolla las infraestructuras necesarias para apoyar el GNL como combustible marítimo en España. Ya se están adaptando las terminales de Barcelona, Bilbao, Cartagena, Huelva, Mugardos y Sagunto para que puedan ofrecer operaciones de bunkering, que consisten en la carga de barcos pequeños para el suministro de GNL como combustible a otros barcos, en modo comercial y a pequeña escala, a partir del año que viene.

En 2017 se hizo la primera carga de GNL desde una terminal a un buque realizada en Europa en Cartagena y este mismo año en Bilbao se ha hecho el primer bunkering desde un barco a otro (ship-to-ship).  En Barcelona, además, se están haciendo los trabajos de mejora necesarios para que la maquinaria de las terminales y los camiones que transportan los contenedores puedan funcionar con gas, transformaciones claves para mejorar la calidad del aire en los entornos portuarios.

La idea es poder dar servicio a algunos de los nuevos buques que ya usan gas natural como combustible y los muchos que están en construcción. Queremos ser un referente en esta revolución de la descarbonización, que está transformando el transporte marítimo y que no ha hecho más que comenzar. El compromiso con una energía menos contaminante, más barata e integrada en los objetivos de lucha contra el cambio climático no se puede quedar en tierra: nuestros mares  serán claves de esa transformación a un modelo más sostenible.

En su informe sobre el transporte marítimo a escala mundial en 2015, la UNCTAD (Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo) reafirmaba su apuesta por el GNL como medio más eficiente para lograr estos fines y nos ponía deberes a todos los involucrados en estos proyectos: “La parte del tonelaje que utiliza GNL como combustible está creciendo y cabe esperar que este crecimiento se mantenga a largo plazo. La utilización de GNL como combustible dependerá de la instalación de la correspondiente infraestructura para utilizar ese combustible”.

A lo largo de todo el documento se percibe la preocupación sobre este tema y la necesidad de que el transporte marítimo se comprometa con los cambios en materia de combustibles, contaminación y eficiencia energética. El principal reto está en el transporte por carretera, y también ahí el gas jugará un papel clave, pero el marítimo no puede quedarse atrás.

Por eso es tan buena noticia que España lidere, impulse y se involucre al 100% en este tema. Es un desafío, casi diría que una obligación, que comencemos la próxima década con los puertos más limpios y eficientes de Europa, en los que demos servicio a esa nueva flota, más sostenible y respetuosa con el medio ambiente. El proyecto CORE LNGas hive es una apuesta clave en este sentido.